Según la Bolsa de Comercio de Rosario, las lluvias de febrero establecieron un piso relativamente alto para la cosecha de soja, y se observa una leve mejora con respecto a las estimaciones realizadas en febrero.
El último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario reveló una combinación de perspectivas positivas y negativas para la cosecha. Entre los aspectos positivos, se destaca que las lluvias registradas en febrero marcaron una base sólida para la cosecha de soja esperada en la campaña 2023-2024. Sin embargo, en el lado negativo, la entidad expresó su preocupación por la aparición de una bacteria en la zona núcleo que podría afectar la producción de maíz.
Además, desde la entidad señalaron que las precipitaciones del segundo mes del año fueron positivas para la producción de la oleaginosa. Esto llevó a una revisión al alza de las estimaciones de producción, alcanzando ahora los 50 millones de toneladas (Mt) para la campaña 2023/24. Este ajuste representa un aumento de 500.000 toneladas en comparación con las estimaciones anteriores.
A pesar de las condiciones de sequía y altas temperaturas que impactaron en la producción de oleaginosas durante algunas semanas de los primeros dos meses del año, febrero concluyó con precipitaciones que excedieron los promedios mensuales en gran parte del país.
Sin embargo, según el informe de la BCR, las lluvias llegaron demasiado tarde para revertir completamente los efectos de la ola de calor, lo que impidió alcanzar la expectativa de una supercosecha de 55 millones de toneladas.
A pesar de esta situación, las precipitaciones persistieron a lo largo de marzo y aún persisten hasta las últimas horas. Esto ha contribuido a estabilizar los rendimientos de la soja, ya que las condiciones de llenado de las plantas de primera han mejorado. Sin embargo, en el caso de las plantas de segunda, aunque han experimentado una notable mejoría, esta recuperación es limitada en términos de producción, dado que ya estaban bastante afectadas.
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