Si bien se pronostican lluvias generalizadas para estos días, la semana de condiciones extremas ya causó pérdidas en los cultivos de soja de segunda y una disminución del potencial en los de soja de primera en el núcleo, con una reducción del 10 al 30%.
La cantidad de horas de sol diarias alcanzó aproximadamente las 13 horas, y durante los picos máximos se registraron niveles de radiación solar por encima de los 1100 W/m2. Para las 10 millones de hectáreas que componen la región núcleo, esta ola de calor resultó en una pérdida estimada de agua en el suelo de alrededor de 8 milímetros diarios.
En un lapso de 10 días, la región núcleo experimentó una pérdida de aproximadamente 80 milímetros de agua debido a la evaporación y la transpiración, a pesar de que solo la mitad de la región recibió lluvias superiores a los 75 mm en la primera quincena de enero.
Incluso en áreas con niveles de precipitación más favorables, se observó estrés térmico en los cultivos. Por ejemplo, técnicos en la zona de Pergamino explicaron que el golpe de calor durante un período crítico puede afectar el rendimiento de los cultivos incluso cuando el suelo tiene una buena cantidad de agua.
En este sentido, la condición de los cultivos y las pérdidas se intensificaron en los últimos días. Un ejemplo representativo de esta situación se observa en Carlos Pellegrini. Hace dos semanas, la soja de primera categoría estaba en condiciones muy buenas, alcanzando el 100%; sin embargo, a principios de esta semana, solo el 20% se encuentra en condiciones regulares y el resto en buenas condiciones. En cuanto a la soja de segunda categoría, el 20% presenta condiciones malas y el 30% condiciones regulares, cuando hace dos semanas todo estaba en condiciones muy buenas. Los técnicos advierten que, si la situación no mejora, las pérdidas serán significativas.
En Pergamino, el área destinada a la soja de segunda categoría presenta condiciones malas en un 20%, regulares en un 60% y un 15% de pérdida total. Los expertos explican que los cultivos de segunda categoría, es decir, aquellos sembrados en diciembre sobre legumbres o coberturas, se encuentran en una situación muy vulnerable. Esto es especialmente preocupante para aquellos sembrados sobre gramíneas como trigo o cebada, ya que están en una situación crítica, con una pérdida de crecimiento irreversible.
Respecto de la soja de 1ra (50% regular, resto bueno) explican que “es difícil estimar las pérdidas que pudo causar la ola de calor. Si llueve bien esta semana, estimamos que serán de un 20 a 30 % promedio. En ambientes más restrictivos pueden llegar al 50 %, fácilmente”.
En distintos puntos de la región núcleo coinciden en que las pérdidas serían de un 20 a 30 % del rinde potencial y solo en las áreas con mejores reservas hídricas esa pérdida mostraría un rango más amplio: de 10 a 30%.
“Lo que pase de aquí en más va a depender de cuándo y cuánto llueva. Tiene que llover más de 20 mm. Las pérdidas aumentan día a día”, aseguran.
La llegada del frente del pasado fin de semana resultó en una rápida disminución de aproximadamente 20°C en las temperaturas en Argentina en pocas horas, lo que interrumpió la ola de calor que afectaba al país durante ese tiempo. Sin embargo, las temperaturas aumentaron rápidamente.
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