Otro gigante se suma a la carrera por adquirir DB Schenker

La venta de uno de los proveedores de servicios logísticos líderes a nivel mundial generará una reconfiguración del mercado, que las navieras buscan dominar integrando verticalmente nuevos servicios.

La decisión de poner a la venta DB Schenker por parte de su matriz, Deutsche Bahn (DB), está anunciada desde 2022, pero el proceso oficial se puso en marcha recién el pasado mes de diciembre.

La misma, se está llevando hasta la fecha con gran secretismo, aunque varios grandes nombres del panorama internacional han mostrado interés: DHL, Kuehne & Nagel o la danesa DSV, el fondo soberano de Abu Dhabi y también CMA CGM y DP World.

Si bien en principio Maersk no había mostrado interés, en declaraciones recientes el delegado de la compañía, Vincent Clerc, señaló que la organización no puede ignorar la posibilidad de participar de la compra, por lo que también se sumaría a esta carrera, que supondrá una “transformación del panorama logístico internacional”.

En este sentido, aseguró que la estrategia de Maersk es “diversificar nuestros flujos de facturación y nuestros flujos de beneficios” y su forma de hacerlo es enfocándose en eslabones de la supply chain menos volátiles que el transporte marítimo.

Un desafío para los agentes locales

DB Schenker está posicionada en el mercado como una de las cuatro principales empresas de logística a nivel mundial, con alrededor de 76.600 empleados en más de 1.850 ubicaciones en 130 países. De acuerdo con estimaciones recientes, está valorada entre US$13.000 y 22.500 millones de dólares.

De cara a este proceso que sin dudas sacudirá el mercado de transporte internacional, los analistas señalan que esta adquisición supone una amenaza para el negocio de los transitarios, ya que no podrán competir en precio y menos a la hora de poder asegurar capacidad en los buques portacontenedores.

Por lo que el sector tendrá que contrarrestar con acciones de consolidación y con especialización en servicios de nicho, destacan.

Los agentes de carga pequeños y medianos se enfrentan de esta manera a una amenaza estratégica, ante lo que deberán competir sumando valor a sus clientes, porque todo parece indicar que el mercado estará dominado por integradores muy grandes con costos y economías de escala inalcanzables.

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