La operación sufrió notables contratiempos debido al fenómeno meteorológico «El Niño», que redujo drásticamente el tránsito de buques, afectando directamente la logística internacional.
Las operaciones en el Canal de Panamá sufrieron un impacto como consecuencia de una sequía que afecta al corredor artificial, lo que podría «obligar a elegir otras rutas más costosas», anticiparon en un reciente comunicado Autoridades del Canal de Panamá.
Esta caída obedece a las elevadas temperaturas en el Océano Atlántico, agravadas por la presencia del fenómeno de El Niño, y el retraso en el inicio de la temporada de lluvias. En este sentido, las precipitaciones de octubre fueron las más bajas registradas desde 1950, un 41% por debajo de lo previsto.
Reducción de buques
Naturalmente, esto produjo una reducción en el tránsito de buques, pasando de 36 a 22 buques al día, como medida de contención, y autoridades planean una nueva reducción a 18 buques para febrero, que podría ser incluso más estricta si los niveles de agua se mantienen bajos.
«Por la falta de lluvias en la cuenca del Canal de Panamá fue necesario reducir el número de tránsitos diarios, administrando al mismo tiempo el agua disponible para mantener el lago Gatún en un nivel que permita seguir ofreciendo un calado competitivo a los clientes», aseveraron en un comunicado desde el Canal de Panamá.
En esta situación actual, los buques se enfrentan a tiempos de espera de hasta tres semanas para atravesar el canal.
Una arteria fundamental para el comercio internacional
La histórica vía navegable de Centroamérica conecta los océanos Pacífico y Atlántico y mueve alrededor del 5% del comercio marítimo internacional.
Aproximadamente, alrededor de 13.000 a 14.000 embarcaciones transitan anualmente por este estrecho que ofrece servicio a unas 144 rutas marítimas de 160 países, por lo que resulta de vital importancia para el flujo del comercio mundial.
