La compra de alimentos a otros países por parte de España aumentó un 88% en la última década, con una presencia cada vez más marcada de productos marroquíes, brasileños y chinos.
Esta situación está motivando protestas por parte del campo español, que considera como competencia desleal la cada vez mayor entrada de alimentos de otros países.
Según los últimos datos de comercio exterior del Ministerio de Agricultura español, entre 2018 y 2022 el valor de las importaciones agroalimentarias procedentes de Marruecos aumentó un 37,1%, desde 1.537 hasta 2.108 millones de euros. En total, y sin considerar todavía los datos de 2023, las ventas crecieron hasta un total de 813.422 toneladas.
En el caso de Brasil, las compras españolas se han incrementado un 133% en los últimos cuatro años, sobre todo de habas, soja, maíz, azúcar y café.
En cuanto a China, los números muestran que actualmente España le compra un 103% más, principalmente de grasas, aceites, pimientos y moluscos.
Protestas y reclamos de productores locales
En este contexto, los agricultores españoles manifiestan su descontento ante la desregulación del mercado que habilita la importación de productos agrarios a terceros países bajo precios que presionan a la baja los de la UE y los producidos en España.
Al respecto, denuncia que muchas de estas producciones extracomunitarias no cumplen las normativas internas de la UE, lo que estaría generando un contexto de “competencia desleal” para la producción local.
Latinoamérica en la mira
Esta problemática se produce en línea con lo que sucedió la semana pasada en Bruselas, sede de la UE, donde diversas voces se alzaron para pedir que no se cierren más acuerdos de libre comercio que agudicen estos problemas.
En tiempos en que se encuentran en análisis las negociaciones para un acuerdo con el Mercosur (la alianza económica de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay), pero también con Nueva Zelanda, Chile, Kenia, México, India y Australia.
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