Las exportaciones de la agroindustria conformaron el 55% del total de las ventas externas de Argentina. A pesar de una disminución del 36% en comparación con 2022 debido a la sequía, el sector mantuvo una participación significativa en las exportaciones totales del país.
Durante el año pasado, las exportaciones totales de Argentina ascendieron a US$ 66.701 millones, lo que representó una reducción del 25% en comparación con el año 2022, cuando se alcanzó un máximo histórico de US$ 88.446 millones en exportaciones.
«Las cadenas agroindustriales representaron más de la mitad de las exportaciones argentinas», aunque «la participación en el total exportado fue la más baja en más de una década», indica el reciente informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario.
En este sentido, nueve de los doce principales complejos exportadores pertenecen a las cadenas agroindustriales, y dentro de este conjunto, las mayores reducciones nominales y absolutas en las exportaciones del año pasado se registraron en las tres principales cadenas de granos del país: soja, maíz y trigo.
La disminución interanual en las exportaciones de soja fue del 44%, pasando de generar US$ 24.670 millones en 2022 a US$ 13.697 millones en 2023.
En cuanto a los destinos, India nuevamente se afirma como el principal comprador de aceite de soja argentino (US$ 1.387 millones); Vietnam, de harina de soja argentina (US$ 1.048 millones); mientras que China sigue siendo el principal demandante del poroto (US$ 1.021 millones).
En cuanto a las exportaciones de carnes y cueros bovinos, experimentaron una disminución del 17% en valor en comparación con 2022, a pesar de que el tonelaje exportado fue un 16% mayor el año pasado. El 2023 se caracterizó por registrar un volumen récord en las exportaciones de carnes, aunque esto estuvo acompañado de una significativa reducción de los precios.
Por otra parte, el aumento en las exportaciones petroleras durante 2023 no fue suficiente para contrarrestar la caída de los precios, lo que resultó en un descenso en el comercio exterior del complejo petrolero-petroquímico el año pasado.
Sin embargo, debido a la disminución de los precios internacionales y la productividad en Vaca Muerta, la dependencia de las importaciones se redujo, y el déficit disminuyó de casi US$ 7.300 millones en 2022 a US$ 2.135 millones el año pasado.
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