El país busca conservar los niveles de agua de sus operaciones hidroeléctricas aumentando la generación de las plantas alimentadas con gas.
Ante la cada vez más posible amenaza de El Niño, Colombia ha aumentado sus importaciones de GNL casi un 60% en relación al año pasado y más de tres veces su importación anual de 2021.
Incluso se estima que también Brasil tendrá una demanda similar impulsada por El Niño hasta principios del próximo año, por lo que los analistas advierten que la región aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero y restrigirá el suministro global del combustible cuando Europa y Asia se abastezcan para el invierno.
El sistema eléctrico de Colombia es vulnerable a las sequías y aproximadamente dos tercios de su capacidad instalada provienen de energía hidroeléctrica.
Compensación energética
Las plantas a gas han comenzado a producir más energía para permitir que las plantas hidroeléctricas almacenen agua durante El Niño, lo que permite que los embalses se mantengan en alrededor del 82% de su capacidad.
Colombia solo importa GNL esporádicamente a través del puerto SPEC LNG de Cartagena, inaugurado hace seis años, dada su dependencia de la hidroelectricidad.
Las importaciones de GNL del país alcanzaron su punto máximo en 2020, cuando tanto los niveles de lluvia como los precios spot globales eran bajos, lo que, según Castañeda, hizo que importar GNL fuera más barato que acudir a sus suministros nacionales de gas natural.
El país viene comprando cargamentos spot de GNL este año para destinar a plantas alimentadas con gas natural que cubren entre el 25% y el 30% de su demanda de energía. Según Alejandro Castañeda, director de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras de Energía, eso contrasta con alrededor del 15% de la demanda en un año húmedo.
“La preocupación con El Niño es que las lluvias de septiembre a noviembre se te desaparecen y no logras recuperar los embalses”, precisó Castañeda.
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