El contexto mundial forjó a México como un destino ideal el nearshoring, es decir, para encabezar la producción de distintas empresas del continente americano gracias a su ubicación geográfica.
Teniendo en cuenta que el nearshoring es la terciarización de la producción en el extranjero, y que se diferencia del offshoring al mantener una cercanía geográfica y de uso horario con la empresa del país de origen, en los últimos años y a raíz de la pandemia del COVID-19, México emergió como un jugador importante en la disputa comercial que mantienen Estados Unidos y China y es uno de los principales destinos de las empresas por su cercanía.
De hecho, a mediados del mes de noviembre, el Subsecretario de Economía, Alonso Gutiérrez, reportaba en el Foro Mar de Cortés, en el Norte mexicano, la llegada de 25 compañías de origen asiático.
Enrique Galván Ochoa, analista de negocios, sostiene que esta estrategia ya es una realidad en el país y que ya se detectan empresas que se ubican en localidades cercanas a la frontera con EEUU, como Baja California, Ciudad Juárez, Chihuahua y Tamaulipas.
Galván Ochoa sostiene que México debe hacer un trabajo importante para otorgar condiciones favorables con el objetivo de atraer inversionistas, como por ejemplo instalaciones.
DATOS
Barclays, la compañía de servicios financieros de origen británico, sostuvo que el nearshoring acercará al país aproximadamente 40 mil millones de dólares en 2022, en comparación a los 26 mil 600 millones que se reportaron en 2021.
De momento, durante los primeros seis meses del año, las autoridades mexicanas reportaron una cifra preliminar de inversión extranjera directa (IED) de 27.511,6 millones de dólares, una cifra histórica en el país.
En cuanto a las relaciones comerciales, como consecuencia de esta nueva estrategia, la balanza entre México y China cayó al 31 por ciento, tendencia a la baja que se observa desde 2017, cuando la brecha oscilaba en el 62 por ciento.
Por su parte, la colaboración con Estados Unidos sigue creciendo y esta alianza puede potenciar las capacidades manufactureras del país.
La financiera con sede en Londres es optimista con respecto a lo que puede producir el nearshoring en México con el contexto geopolítico actual, aunque hay problemáticas a resolver como la seguridad, la poca inversión en infraestructura y en suministro eléctrico.
Según Enrique Galván Ochoa, los efectos de esta nueva medida ya se notan en la sociedad: el producto interno bruto (PIB) que se registra en la zona fronteriza del país ronda el 6 por ciento, mientras que en el resto de México la cifra es del 3 o 4 por ciento.
