“Los despachantes de aduanas somos indispensables en el comercio exterior”

«No somos gestores para nada, tenemos que estudiar mucho y rendir nuestros exámenes de capacitación para tener la matrícula».

Andrea Coscarello, Vicepresidenta del Centro de Despachantes de Aduana de la República Argentina, expone las implicancias de la eliminación del Registro de Despachantes y su impacto en el Comercio Exterior argentino. Además, señala la preocupación por la falta de regulación y los riesgos de abrir la profesión a declarantes sin la capacitación necesaria, enfatizando la importancia de su rol en la agilidad y legalidad de las operaciones aduaneras.

¿Cómo afecta la eliminación del registro de Despachantes de Aduana?

La profesión del despachante data de 1912, que es cuando se fundó el Centro de Despachantes de Aduana de la República Argentina (CDA). Nosotros ya teníamos una resolución de 1999, donde cada importador podía actuar por sí solo para hacer los despachos aduaneros. El problema que surge ahora es que si bien actualmente hay más jugadores en el campo, no necesariamente tienen nuestra capacitación y profesionalismo.

No hay más Registro de Despachante de Aduana. Ahora son todos declarantes y existe la idea en mucha gente de que los despachantes somo simples gestores, lo que no es así, ya que nosotros tenemos que estudiar mucho y rendir nuestros exámenes de capacitación para tener la matrícula, cosa que los declarantes no tienen que hacer.

En este sentido, presentamos un amparo para que se visualice la realidad de nuestra profesión. Estamos muy lejos de ser unos meros gestores. Es más, en el mundo, entre el 95% y el 97% de las operaciones de comercio exterior cursan por un despachante de aduanas ya que, de esa manera, no se traban las operaciones.

Desde luego, la eliminación del registro no nos inhabilita para seguir trabajando, porque en definitiva la decisión la tiene cada importador. El que quiere trabajar con un despachante matriculado y que sea idóneo va a seguir eligiéndonos. El que no, y se quiera “tirar la pileta”, que se tire.

¿Cómo opera un despachante con los importadores y exportadores?

Cuando un cliente nos consulta a la hora de importar o exportar, realizamos un estudio de esa mercadería e investigamos qué requisitos van a pedir en el exterior, para que después no se generen demoras que se traducen en plata, porque el reloj del puerto es carísimo. Los despachantes de aduanas somos indispensables en el Comercio Exterior.

¿Cómo es su mirada sobre la dinámica actual del Comex?

Ahora se simplificó el tema de las autorizaciones previas a la importación, con el Sistema Estadístico de importación (SEDI). Esto crea una previsibilidad para el importador, ya que de esa forma se sabe cuándo va a llegar la mercancía. Está todo mucho más programado y diagramado.

¿Qué impresiones te da la tedencia a la apertura de importaciones?

A sabiendas de que los pagos al exterior no se pueden hacer de inmediato no hay pagos anticipados, con lo cual no sé si va a haber un aluvión de importaciones. Sí creo que va a facilitar el ingreso de los insumos productivos y la industria argentina necesita de esos insumos, ya que no se puede producir con el 100% de origen nacional.

¿Te gustaría dejar un mensaje final?

Sí, me gustaría brindar información sobre nuestra actividad, porque pasa que el común de la gente no nos conoce y no sabe qué hacemos.

No somos meros gestores, somos sujetos obligados ante la UIF y pertenecemos a varias asociaciones internacionales, como la Asociación Internacional de Agentes Profesionales de Aduana (ASAPRA); tenemos representante en la International Custom Brokers; y recibimos información permanentemente de la Organización Mundial de Aduanas (OMA).

Entonces es rara la situación y totalmente inesperada, porque están desterrando una profesión de más de 100 años, la están tirando al tacho de basura.

No hay más despachantes con matrícula con lo cual puede haber gente que no es idónea. Ahora cualquiera podría documentar un despacho. Me gustaría saber qué hace ese cualquiera, sin conocimientos cuando tenga un problema en clasificación o le falte un certificado.

Tanto el poder Legislativo como el Ejecutivo tendrían que releer el decreto. No nos oponemos a la facilitación, ni a la regulación, pero sí a la manera. La historia debería pesar al momento de escribir las normas.

Redacción Movant Connection

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