Actualmente, es difícil determinar con precisión la cantidad de camiones eléctricos que circulan en las carreteras, pero está claro que su presencia es muy limitada en comparación con el mercado en general.
La falta de estaciones de carga se menciona frecuentemente como un desafío significativo para persuadir a los fabricantes de camiones de aumentar la producción de vehículos pesados eléctricos (eHDV) de cero emisiones.
Otros factores que dificultan su avance incluyen su limitado alcance operativo, restricciones en la capacidad de carga y mayores costos de funcionamiento en comparación con los modelos diésel.
Según el último informe Global EV Outlook de la Agencia Internacional de Energía (AIE), en 2022 se comercializaron 60.000 camiones medianos y pesados en todo el mundo, lo que representa solo el 1.2% de las ventas totales de camiones.
De acuerdo con estimaciones de la firma de servicios y consultoría empresarial Markets and Markets, el mercado mundial de camiones eléctricos alcanzó las 101.499 unidades en 2022 y se proyecta que crezca a 1.067.985 unidades para 2030.
Según un análisis del Fondo de Defensa Ambiental en Estados Unidos, en los últimos cuatro años se han incorporado casi 13.000 camiones eléctricos de servicio mediano y pesado en todo el país, con más de 10,000 unidades solo en 2023. No obstante, esta cifra representa una pequeña fracción de la flota global estimada en Estados Unidos, que asciende a 12.2 millones de camiones.
Los datos más recientes de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) revelan la lenta expansión de la flota de camiones eléctricos en Europa. Según estos datos, en 2022, casi el 97% de todos los vehículos pesados matriculados recientemente en la Unión Europea funcionaban con diésel.
En comparación, sólo el 2,8% utilizaba combustibles alternativos como gas natural, GLP o etanol, mientras que un escaso 0,6% correspondía a camiones eléctricos.
Las cifras reflejan la considerable tarea para avanzar hacia un transporte por carretera más ecológico. Los transportistas muestran descontento al comprarlos debido a la falta de suficientes estaciones de carga, mientras que las empresas no construyen estas estaciones porque hay pocos vehículos eléctricos en circulación.
Sin embargo, los camiones eléctricos hoy son impulsados por una mayor atención de los gobiernos a la energía limpia y la descarbonización del transporte, especialmente dado que este sector es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero. La infraestructura de carga a gran escala está ganando impulso y estableciendo las bases para un transporte de mercancías libre de emisiones.
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