Perspectivas frágiles y riesgos a la baja para la economía mundial

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicó su Informe Provisional del mes de Marzo en el que destaca el alto nivel de incertidumbre que persiste en la economía mundial y su impacto en la desaceleración de la misma.


A pesar de los recientes signos de mejora, señala que han aumentado las preocupaciones sobre las vulnerabilidades financieras, los mercados inmobiliarios y sobre la dinámica de los países de bajos ingresos.

En este sentido, señala que si bien la inflación general ha comenzado a disminuir, se mantiene elevada y podría persistir por más tiempo.


El crecimiento global se desaceleró en 2022 a 3,2%, más de 1 punto porcentual más bajo de lo esperado a fines de 2021, principalmente lastrado por la guerra de agresión de Rusia en Ucrania y la crisis del costo de vida asociada en muchos países. Se prevé que el crecimiento se mantenga a tasas por debajo de la tendencia en 2023 y 2024.


Un factor clave en la mejora de la actividad y la confianza a principios de 2023 fue la reciente caída de los precios de la energía y los alimentos. Si bien los niveles siguen siendo relativamente altos en comparación con los de antes de la guerra, esto ha impulsado el poder adquisitivo de la mayoría de las empresas y los hogares y ha ayudando a reducir la inflación general.


Sin embargo, la inflación subyacente (excluidos los alimentos y la energía) sigue estando impulsada por los fuertes aumentos de los precios de los servicios y las presiones de costos de los mercados laborales ajustados.


Ante este contexto, desde el organismo internacional recomiendan trabajar en tres aspectos:


Política monetaria. Las persistentes presiones inflacionarias en los servicios y los costos de los ajustados mercados laborales requerirán que muchos bancos centrales mantengan altas las tasas hasta bien entrado 2024.


Apoyo fiscal. El mismo debe ser más específico y menos generalizado. La caída de los precios de la energía aboga por el retiro gradual de la ayuda en este punto, mientras se continúa brindando apoyo específico para quienes más lo necesitan.


Perspectivas de crecimiento subyacentes. El crecimiento de la productividad ha sido decepcionantemente lento en los países de la OCDE en las últimas décadas. Será esencial fomentar la adopción digital a través de políticas estructurales, como el aumento de las habilidades técnicas y la competencia, que incentiven la adopción de tecnologías TIC clave. Reducir las brechas de género en la participación de los programas STEM y reducir las barreras comerciales de servicios puede ayudar a lograr esto.

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