Disposición final: uno de los grandes desafíos de la industria nuclear

La gestión de residuos es uno de los aspectos más complejos del ciclo de la energía nuclear, ya que los mismos contienen químicos radiactivos que representan un riesgo para las personas y el medio ambiente, cuyas radiaciones ionizantes pueden continuar activas durante muchos años. 

Por eso, el diseño de espacios e infraestructuras para la disposición final de estos residuos es toda una especialización en sí misma. Sobre esto dialogamos con Pasi Tuohimaa, Gerente de Comunicaciones de Posiva, empresa finlandesa que se posiciona a la vanguardia mundial en el desarrollo de soluciones para el último eslabón de la logística de los combustibles nucleares utilizados para la generación eléctrica. 

¿Cómo se resuelve actualmente el destino de los residuos nucleares en el mundo? 

Muchos países que utilizan energía eléctrica nuclear cuentan con instalaciones para desechos de baja y media actividad, pero no existen todavía en el mundo soluciones para la disposición final del combustible nuclear gastado de alta actividad. 

Finlandia es una nación pionera en la disposición final de combustible gastado, que es el combustible resultante luego de su uso en un reactor nuclear. En nuestra organización nos encargamos de los trabajos de investigación, desarrollo y diseño destinados a los desechos finales. Tal es así, que en 2015 el gobierno finlandés nos otorgó un permiso para construir una planta subterránea de encapsulamiento e instalación de disposición final en Olkiluoto, al
Oeste de Finlandia, como proceso de solución a esos desechos de alta actividad, algo que en mi país se ha planificado con sumo detalle por más de 40 años. En este sentido, estamos encaminados a convertirnos en líderes en prestación de servicios de eliminación de residuos nucleares.

¿Qué características particulares presenta esta planta subterránea en la que están trabajando?
Decidimos avanzar hacia una fase de producción que incluye un sistema seguro para su implementación técnica, compuesto por varias barreras. El mismo consiste en el acondicionamiento del combustible, un contenedor para su disposición final, el relleno del túnel amortiguado por bentonita (arcilla que tiene la capacidad de expandirse con la humedad y disminuir considerablemente la permeabilidad de la superficie) y la base del fondo rocoso de Olkiluoto, que sirve como una barrera natural. 

En cuanto al sistema de encapsulamiento, consta de dos instalaciones para residuos nucleares. El primero es una planta encapsuladora sobre el suelo y la otra es una instalación destinada a la eliminación de estos residuos que, a su vez, dispone de un depósito real y otras instalaciones subterráneas, como torres, elevadores y ventilación. 

Por último, se da lugar al proceso de deposición, en el que el combustible nuclear gastado se transporta desde el almacenamiento provisional a la planta de encapsulación para su envasado en un recipiente de eliminación y para su transferencia al repositorio a una profundidad de más de 400 metros. 

Para la construcción de Onkalo® –“cueva” en finlandés– utilizamos rocas, concreto, acero, madera, todos materiales similares a los utilizados en cualquier otra obra. El proyecto total supone una inversión de 500 millones de Euros y comenzará a funcionar en 2025. 

En cuanto al proceso operativo, ¿cómo preveen realizar el traslado de estas cargas y su manipulación antes de destinarlas a su ubicación final? 

En primer lugar, los residuos de alta actividad son puestos a enfriarse en unas piscinas especiales durante cuatro décadas. Recién entonces estarán listos para su almacenamiento final. En el caso de Onkalo, lo comenzaremos a realizar alrededor de 2025 y seremos los primeros en el mundo en hacerlo. Todo ese manejo y su transporte se realiza bajo el agua, en unas “botellas” recubiertas de plomo. Allí, se trasladan a través de múltiples barreras de ingeniería dispuestas en capas que garantizan su seguridad a largo plazo. De hecho, estimamos que podría resistir a terremotos, una nueva era glaciar y por más de un millón de años. 

Nuestro principal objetivo en la gestión de estos desechos es aislar el material radiactivo de la naturaleza mientras logramos que su radiactividad descienda hasta un nivel insignificante. 

Con respecto a las medidas de seguridad, ¿cuáles son los aspectos en los que se concentran para optimizar esos cuidados y qué desafíos encuentran al respecto?
Nuestra existencia se respalda en 40 años destinados a la investigación de medidas de seguridad a largo plazo. Para desarrollarlas, hemos elaborado un plan de acción que se actualiza anualmente con nuevas medidas claves y, en otros términos, buscamos aumentar nuestra experiencia y optimizar las capacidades a través de la formación. Utilizamos el sistema recomendado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) de escala de tres niveles como base para evaluar el estado de nuestra cultura en materia de seguridad. 

En cuanto a los desafíos, las actividades destinadas a la disposición final son muy diferentes a las operativas de otras centrales nucleares. Además de los criterios básicos de seguridad nuclear y radiológica aplicables, la construcción de estos depósitos geológicos requiere una gestión crítica a fin de garantizar que el lecho rocoso siga siendo apto para su disposición final por mucho tiempo. Entonces, nos aseguramos que, una vez que finalice el período de almacenamiento, la roca madre esté tan intacta como antes de su excavación. 

¿Cuál es la importancia de la formación y capacitación de los profesionales dedicados a estas tareas? 

El 90 por ciento de los empleados de la compañía tiene un alto nivel de formación académica y, como la educación y el entrenamiento son fundamentales, también buscamos generar una buena cultura en materia de seguridad, como elemento esencial en la formación de la experiencia de nuestros profesionales. Esto consiste en la competencia personal, actitudes generales, modelos operativos eficientes creados por la organización e instrucciones de apoyo. Abordar correctamente esta cultura nos requiere de una mejora y medición continuas y sistemáticas. 

¿Cómo perciben que es la recepción del público ante este tipo de proyectos? 

Por lo general, el problema es que la gente no sabe mucho acerca de cómo se manipulan los materiales radiactivos y cuanto menos sabe, más teme. Sin embargo, en este caso en particular, la solución ya se ha planteado y se ha estado desarrollando por más de 40 años, por lo tanto, esto ya no es un problema.