Derribando mitos junto a los jóvenes nucleares

De la mano de Pau Aragon Grabiel, Miembro del la Junta Directiva, Responsable de Contenido Técnico y Community Manager en Jóvenes Nucleares de España, abordamos el cómo, cuándo y por qué de la necesidad de impulsar de forma consciente y responsable la generación nuclear de energía eléctrica.

¿De qué se trata Jóvenes Nucleares?
Es una asociación que nace como una comisión de la Sociedad Nuclear Española. Fundamentalmente, jugamos un papel importante en la divulgación de los beneficios de la tecnología nuclear en la sociedad, siempre desde el rigor científico.
Somos un grupo de jóvenes menores de 35 años, que buscamos dejar un mundo mejor al que encontramos y, para ello, estamos convencidos del papel fundamental que juega la tecnología nuclear.

Lo vinculado con la energía nuclear no suele tener una “buena mirada” social, ¿cuál es tu opinión al respecto?
Soy muy realista y tengo claro que ninguna tecnología de generación energética, ya sea eléctrica o de cualquier tipo, es perfecta. Todas tienen sus beneficios y sus inconvenientes, incluida la nuclear, desde luego.
En este sentido, tanto yo como todos los que integramos Jóvenes Nucleares, defendemos la idea de que no hay que esconder esos aspectos negativos, al contrario. La energía nuclear tiene la particularidad de que, en caso de accidente, existe el riesgo de exposición a un peligro que no vemos: la radiación, y la gente en general suele tener más miedo a aquellas cosas que no ve y desconoce. Si no ves y no entiendes a lo que te estás enfrentando, la situación te genera más temor.

De hecho, ese fue el objetivo por el que me involucré con la asociación, para que la gente tengas las herramientas, la información para combatir ese Miedo y ver más allá. No queremos convencer a nadie, nosotros damos las herramientas para que cualquier persona, mediante un razonamiento crítico, pueda llegar a sus propias conclusiones. Al final, las nuestras se basan en la ciencia y esas personas pueden llegar a conclusiones similares, con algunos matices, por supuesto.

Tanto desde la web como en las redes de Jóvenes Nucleares destacan la frase “Derribando Mitos”, ¿cuáles son estos mitos?
Los mitos más habituales con los que me encuentro están relacionados con la seguridad y la gestión de residuos radioactivos. Por eso, una vez que se comprende que no hay tecnología libre de riesgo, el tema está en cómo gestionamos ese riesgo.
En este punto es importante destacar que la energía nuclear tiene estándares de exigencia a nivel seguridad muchos más altos que cualquier otra industria. El riesgo se cuantifica mediante el producto de dos factores: la frecuencia con la que puede suceder un accidente y la gravedad de sus consecuencias. 

A nivel de reducción de esas frecuencias, esta industria cuenta con muchos sistemas redundantes para que, si uno falla, actúe su sistema “gemelo”. A nivel de mitigación de las consecuencias, el diseño de las centrales nucleares se basa en el concepto de ‘defensa en profundidad’, es decir, el uso de múltiples barreras para proteger su integridad. 

Mirando los análisis probabilísticos de riesgos, vemos que este esquema funciona, porque de acuerdo a los números oficiales, por unidad de energía,
la nuclear es la que menos muertes ha provocado Producimos muchísima cantidad de energía y, a nivel de centrales nucleares comerciales, solo ha
habido muertos en una, en Chernobyl.

En lo que respecta a la gestión de los residuos nucleares, nos encontramos con la inseguridad propia de gestionar un residuo que mantiene su peligrosidad durante 10 mil años. Sin embargo, como seres pensantes que somos, y con muchos años de historia detrás, somos lo suficientemente inteligentes para dar soluciones tecnológicas que resuelvan estos problemas y no trasladar nuestra responsabilidad a las generaciones futuras. 

Calentamiento global, crisis energética, ¿cómo se posiciona la energía nuclear ante este contexto? 

El calentamiento global es una certeza científica indiscutible, ante lo que disponemos de una serie herramientas para enfrentarlo, ¿por qué no usarlas todas?, si son herramientas que conocemos y sabemos que somos capaces de gestionar.
La electricidad como energía limpia está teniendo muchos progresos, ya que se están instalando diversas formas de producción renovable y también nuclear, sobretodo en Asia. Pero todavía debe expandirse aún más en el transporte, la industria, la calefacción urbana, la construcción, todos sectores altamente dependientes de los combustibles fósiles. 

En España por ejemplo, que es un país desarrollado, más del 70 por ciento de la energía que consumimos proviene de combustible fósil, porque el transporte no está electrificado, porque la industria no está electrificada.

Es preciso avanzar con la electrificación y, en paralelo, establecer un “mix” para abastecer toda esa demanda energética de forma amigable con el medioambiente. Desde luego que la renovable es imprescindible, pero la nuclear nos sirve para satisfacer algunas debilidades que todavía tiene la energía renovable, ya que al igual que esta última, la generación nuclear de energía eléctrica no produce contaminación ambiental ni emite gases de efecto invernadero.
La energía nuclear y la renovable no están en lucha, en ningún caso, por eso es necesario destacar los beneficios y ser conscientes de los inconvenientes de las tecnologías existentes. Si la gente entiende esto en lugar de buscarle las contras, se va a dedicar a mejorarla. Esto es lo que me gustaría y por lo que hago esto.
¿Identificas desafíos logísticos relacionados con la generación nuclear de energía eléctrica?
Puedo hablar solo a nivel de España, donde todos los residuos radiactivos que se generan se emplazan dentro de las mismas centrales y, por lo tanto, su transporte es prácticamente nulo.
Cuando el combustible nuclear sale del reactor se deposita en piscinas de enfriamiento y, después de un periodo de unos cinco años, se almacenan en unos bidones en seco y esos bidones se ubican en el mismo emplazamiento de la central. 

De todas formas, en España se está trabajando en una solución final para los mismos, que se trata de un almacenamiento geológico profundo, previsto para 2078. Hasta entonces, todas las centrales enviarán su combustible usado a un Almacén Temporal Centralizado (ATC), cuya construcción estaba prevista para 2028 pero que actualmente tiene detenido su proceso de licenciamiento por temas políticos, desde donde luego serán transportados hacia el almacén geológico profundo, donde su gestión es nula, ya que se trata de un emplazamiento a 400 metros de profundidad donde los residuos quedarán sellados. 

Cuando este esquema se ponga en práctica, que en su momento estaba previsto para 2028, se va a necesitar transporte y logística para
gestionar el traslado de estas cargas peligrosas. Para lo que, como humanidad, desde lo científico y operativo contamos con todas las herramientas y experiencias para poder llevar a cabo de forma segura y responsable.