GESTIÓN ADUANERA EN TIEMPOS DE CRISIS Y DE UN MERCADO CAMBIANTE

En diálogo con Movant Connection, el titular del CDA, nos cuenta detalles sobre la actualidad del sector y sus expectativas ante los desafiantes movimientos que hoy vive el mercado. 

¿Cómo han vivido los Despachantes de Aduana estos últimos tiempos de grandes cambios y disrupciones en la dinámica del comercio exterior? 

Los despachantes en Argentina nunca paramos, ya que fuimos declarados esenciales desde el inicio de la crisis sanitaria. Desde nuestro lugar los despachantes “pusimos el pecho” para apoyar al sector y mantener en funcionamiento el comercio exterior. Tuvimos que adaptar nuestra dinámica al home office, lo cual fue bastante complejo porque nuestros trabajos tradicionalmene requieren mucha presencialidad sobre todo en la parte operativa, nos costó mucho pero pudimos resolverlo. 

En cuanto al contexto local, el 2021 fue un año muy duro, ya que el país está transitando una situación económica muy difícil y, desde luego, el comercio exterior no es ajeno. Existen muchas limitaciones, sobre todo para girar divisas al exterior, lo cual complica mucho las operaciones, porque se deben cumplir demasiadas pautas y normativas del Banco Central que son difíciles de alinear con la dinámica de los mercados internacionales. Por ejemplo, cuando se realiza una compra en el exterior, usualmente se requiere un anticipo y es complejo respetar los plazos de los pagos por las gestiones burocráticas que se deben realizar localmente. 

Pensemos que hablamos de mercaderías que muchas veces vienen del otro lado del mundo, con un tránsito muy largo. 

¿Y en cuanto a la actividad en los puertos? 

Han habido y hay muchas demoras en los puertos y falta de disponibilidad de espacio, tanto para las importaciones como para las exportaciones.

Entonces, por ejemplo, pasa que ingresan varios buques juntos y tenemos a muchos clientes ansiosos por retirar su mercadería y las terminales colapsan porque se generan “cuellos de botella” que traen problemas con los retiros. 

Considerando además la alta suba de los costos marítimos, los despachantes tenemos que estar muy encima y hacer un esfuerzo muy grande para retirar la mercadería dentro del “régimen del forzoso” para no incrementar todavía más los costos. 

En cuanto a las exportaciones, también se ha complicado la disponibilidad, muchas veces no embarcan la mercadería y la “rolean” para un buque más adelante, generando demoras y costos no deseados. 

También se genero en el contexto global un problema muy serio que fue el aumento de los fretes internacionales y las demoras en las cargas con el gravante por ejemplo que se va a cargar la carga en origen, nos comunican que aumentó el flete porque ese buque tiene menos disponibilidad, es todo muy complejo. 

Algunos especialistas pronostican que durante el curso del año ser irá normalizando esta situación, en lo personal creo que las marítimas han adoptado una posición muy firme, sobre todo teniendo en cuenta que el mercado marítimo se ha hecho muy cerrado, porque a raíz de las múltiples fusiones que se han llevado a cabo, hoy está manejado entre 3 o 4 empresas que además también están involucradas en la gestión de los puertos. Los costos de los fletes internacionales se han incrementado en forma exponencial.

¿Cuál es la visión del CDA sobre el avance que están llevando a cabo las marítimas sobre los servicios logísticos y portuarios? 

Se trata de un tema sobre el que venimos conversando con las distintas cámaras de despachantes de aduana de toda la región. Desde Argentina, contamos con una comisión conformada por abogados y expertos en los temas marítimos, con quienes estamos trabajando un documento que pronto vamos a hacer público sobre este tema. 

Vemos con mucha preocupación el avance desmesurado que están llevando a cabo estos grandes conglomerados. Hemos registrado casos en los que si quieres cargar tu mercadería, te exigen que les contrates a ellos los fletes terrestres, el despacho aduanero, en fin, toda la gestión logística. En definitiva quieren acaparar todo y esto no puede ser así, porque el despacho de aduana no es una cuestión simple, ya que nosotros somos auxiliares del servicio aduanero, que nos delega una buena parte del control y la seguridad que realiza la Aduana para hacer una operación de comercio exterior, ya sea importación o exportación. 

Por lo que, por un lado, no cuentan con la idoneidad para hacerla, no están habilitados como tales, y en muchos casos recurren a profesionales jóvenes bajo una escala salarial muy baja, con lo que además lo que están haciendo es “romper” el mercado ofreciendo todos estos servicios. 

¿Qué expectativas tienen sobre la evolución de esta problemática? 

Los despachantes estamos en estado de atención permanente sobre el tema. Lo primero que tenemos que atender es defender nuestra fuente laboral, somos casi 4.000 despachantes asociados al Centro Despachantes de Aduana en Argentina, y desde luego muchísimos más en el caso de Latinoamérica.

Representamos una muy importante fuente de trabajo, a través de muchas Pymes y estudios aduaneros de entre 5 y 7 personas que trabajan con los despachantes. De profundizarse esta situación se afectaría sensiblemente nuestra fuente laboral, y desde lo técnico y normativo entendemos que también se vería afectado el nivel de servicio y la seguridad de las operaciones, ya que no cuentan con la ideoneidad necesaria y no están debidamente capacitados. 

Nosotros le damos a los Estados una seguridad mayúscula. Cuando un operador de Comercio Exterior viene a nuestra empresa y plantea realizar una operación, realizamos un análisis completo de dicha operación, comenzando con el estudio de la mercadería, con la clasificación arancelaria que tiene que ser exacta y estricta, y a partir de allí desarrollamos todas las posibilidades de intervención o tratamiento, tanto tributario como normativo de las mercancías. Como despachantes armamos todo y lo ponemos en mano del Estado, para que realice todo el control correspondiente y valide la operación.