La impresión de componentes con tecnología 3D fue la solución que encontraron las empresas para abastecer sus cadenas de suministros al afrontar las interrupciones logísticas a nivel global que fueron frecuentes en los últimos meses.
Desde el comienzo de la pandemia, las redes de abastecimiento fueron puestas a prueba y en varias ocasiones fallaron hasta comprometer los envíos, hecho que obligó a las compañías, ya con nulo margen de maniobra y limitadas restricciones fabricantes, a buscar nuevas soluciones en sus países.
Gracias a esta sucesión de disrupciones, la tecnología terminó brindando una nueva y viable alternativa: la impresión 3D o fabricación aditiva (AM, por sus siglas en inglés).
Gracias a esta herramienta, la idea original de hacer prototipos a bajo costo quedó atrás y hubo una evolución que permitió el funcionamiento actual como un reemplazo eficaz en el eslabón productivo.
Si bien, en un principio solo podía fabricar a través del plástico como proveedor principal, en la actualidad ya es posible maniobrar impresiones en base a polvos, resinas, metales, carbón e, incluso, carne.
PRODUCCIÓN
Los expertos señalan que la tecnología AM puede generar cualquier componente 3D que funcione mejor y cueste menos que los métodos de fabricación convencionales ya que no hay necesidad de moldes o herramientas fijas y también permite la personalización a gran escala y este logro en la simplificación, a su vez, permite la producción bajo demanda de artículos a partir de archivos digitales.
Por otro lado, esta nueva forma de producción requiere poca mano de obra y logra reducir los costes laborales de las empresas, otra de las preocupaciones en crecimiento de las compañías ante la inestabilidad en los precios internacionales de los fletes y las materias primas.
Los fabricantes de bienes industriales y de consumo, las industrias de defensa y aeroespacial, las empresas automotrices, los proveedores de componentes y las industrias de la salud y la odontología ya implementan esta modalidad en sus campos.
NEGOCIO
La industria de impresiones 3D está valuada en 14,7 mil millones de dólares, tiene una tasa de crecimiento anual del 22 por ciento y ya hay más de 200 actores compitiendo para desarrollar nuevo hardware, software y materiales necesarios, lo cual alimenta de forma continua la innovación e investigación de nuevas tecnologías.
Las principales investigaciones se centran en el uso de nuevos materiales y los tiempos de producción, lo cual ampliará el horizonte a nuevos sectores y aumentará la capacidad para satisfacer la demanda.
Entonces, la tecnología AM no solo es una solución rápida y económica ante las disrupciones, sino que termina por presentarse como un cambio radical en la cadena de suministro global.
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