Los líderes del grupo anunciaron un nuevo enlace ferroviario que unirá India, Medio Oriente y Europa, con el que se espera acelerar el comercio en un 40% y así “cambiar las reglas del juego” en el escenario económico global.
El proyecto fue presentado por el primer ministro indio, Narendra Modi, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y cuenta con el apoyo del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien destacó que el mismo busca “aumentar el comercio y fortalecer las cadenas de suministro”.
De esta forma, los Estados Unidos buscan contrarrestar el impulso de China en materia de infraestructura global presentando a Washington como un socio e inversor alternativo para los países en desarrollo.
En la misma línea, el presidente de India instó a los líderes del G20 a ampliar la capacidad crediticia del Banco Mundial para ofrecer a las economías en desarrollo una alternativa a los préstamos de China.
Hacia un nuevo equilibrio global
Los esfuerzos por impulsar los balances y reformar la gobernanza de los prestamistas multilaterales con sede en Washington fueron un tema central en la cumbre de Nueva Delhi.
En su segunda sesión, Biden hizo un llamamiento a los dirigentes para que hagan la institución «más fuerte, capaz de proporcionar recursos en la escala y la velocidad necesarias para abordar los desafíos globales y satisfacer las necesidades urgentes de los países más pobres».
A pesar del esceptisismo incial, todos los países acordaron la declaración conjunta, lo que permitió a la India proclamar un éxito diplomático. Los expertos dicen que fue un triunfo en política exterior para el primer ministro indio Modi mientras intenta aumentar la influencia del país en el escenario mundial.
De esta forma, el liderazgo del G20 ha sido una oportunidad para mostrar a Nueva Delhi como una potencia económica influyente e impulsar flujos de inversión y comercio hacia el país más poblado del mundo.