Durante el discurso inaugural de las “Reuniones de Primavera” del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Directora Gerente del organismo anunció que se proyecta que el crecimiento mundial se mantenga en torno al 3% durante los próximos cinco años, un valor muy por debajo del promedio de 3,8% registrado en las últimas dos décadas.
«El crecimiento global seguirá débil», destacó Kristalina Georgieva, “A pesar de los mercados laborales sorprendentemente resistentes, de la fuerte demanda de los consumidores y a pesar del repunte en China”.
Entre las tres principales causas de este difícil contexto presente y futuro, la referente del FMI destacó el impacto de la fragmentación económica y las crecientes tensiones geopolíticas desatadas, principalmente, a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
“Hemos realizado una investigación exhaustiva sobre los costos de la fragmentación, y es una imagen muy, muy aterradora. Sus costos a largo plazo podrían llegar al 7 % del PIB mundial, aproximadamente el equivalente a la producción combinada de Alemania y Japón. Si añadimos el desacoplamiento tecnológico, entonces algunos países enfrentarían pérdidas de hasta el 12% del PIB”.
Los otros factores que están impactando en las perspectivas de crecimiento global son la inflación y la inestabilidad financiera, ante lo que desde el organismo buscan fomentar la solidaridad con el fin de reducir las disparidades globales.
Al respecto, Georgieva instó a los encargados de formular políticas y tomar decisiones a centrarse en tres asuntos para abordar esta problemática: «Impulsar la productividad y el potencial de crecimiento a través de reformas estructurales y acelerando la revolución digital, mejorando el entorno empresarial e impulsando el capital humano y la inclusión, intensificando el cambio verde para proteger nuestro planeta y crear nuevas oportunidades económicas, intensificando la cooperación internacional para reducir el impacto de fragmentación económica y tensión geopolítica”.
