Europa: sequía afecta ruta comercial clave

El histórico descenso del nivel del agua en el río Rin, la ruta comercial europea más importante, obliga a las empresas a buscar alternativas logísticas más costosas y complejas.

El cambio climático pone en peligro la navegación por esta arteria de transporte crítica para Europa, ya que debido a las cada vez más frecuentes bajantes, los barcos solo pueden transportar alrededor de la mitad de su capacidad normal.

El Rin serpentea casi 800 millas desde los Alpes suizos a través del corazón industrial de Alemania antes de desembocar en el Mar del Norte en el puerto holandés de Rotterdam.

A través de su curso se transporta más del 10% del comercio suizo y alrededor de dos toneladas por residente alemán cada año.

Las limitaciones a la navegación podrían incrementar los costos operativos de la región en 90.000 millones de euros, mientras que las empresas están recurriendo a inventarios adicionales y su consecuente espacio para almacenarlos, mientras los planes gubernamentales para rediseñar el río tardan en llegar.

Una advertencia inicial sonó en 2018, cuando el Rin alcanzó mínimos históricos y el transporte en el río casi cesó, lo que recortó 5 mil millones de euros de la producción industrial alemana.

Desde entonces, los niveles tienen capacidad restringida con mayor frecuencia. El año pasado, Alemania registró el menor volumen de comercio en el Rin y otras vías navegables desde al menos 1990, según la agencia de estadísticas alemana.

Una arteria comercial vital

El río es en gran medida insustituible para sitios como las instalaciones en expansión de BASF en Ludwigshafen. La planta química más grande del mundo, que ocupa 10 kilómetros cuadrados a lo largo del río, carga y descarga unas 15 barcazas al día, lo que representa alrededor del 40% de su volumen de transporte. Ante esta problemática, la compañía está buscando cambiar al transporte ferroviario y está agregando puntos de carga para ser más flexible.

La acería más grande de Alemania está aún más expuesta. Situada en Duisburg, en la confluencia de los ríos Rin y Ruhr, la instalación de Thyssenkrupp AG requiere 60.000 toneladas de materias primas al día. Detener las barcazas requeriría 2.000 camiones, y abandonar el Rin por completo no es factible, según una portavoz de la empresa.

Mientras los gobiernos analizan opciones de dragado para una problemática que amenaza con ser cada vez más frecuente, las costosas soluciones alternativas tienen como objetivo evitar cierres generalizados debido a interrupciones en esta vía de transporte crítica.

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