Se trata de la segunda versión de un dispositivo inteligente que permite el registro automático de cruces fronterizos y la posibilidad de que las autoridades vean los datos de forma remota, entre otras innovaciones.
Desde el día de ayer, 21 de agosto, el nuevo tacógrafo inteligente SMT2 es obligatorio para todos los vehículos pesados comerciales recién matriculados dentro de la Unión Europea.
El SMT2 no es sólo una herramienta clave para controlar el cumplimiento de las normas de la UE sobre tiempos de conducción y descanso, sino también de las normas de cabotaje e incluso del desplazamiento de conductores.
Al respecto, el director de defensa de la UE de la Organización Mundial del Transporte por Carretera (IRU), Raluca Marian, destaca, “Entre otros beneficios, sus nuevas características podrían reducir la cantidad de controles en la carretera y mejorar las condiciones de trabajo de los conductores y agentes al enfocarse solo en los infractores frecuentes y graves, un escenario ideal que la IRU ha defendido durante mucho tiempo”.
Implementación con demoras
Sin embargo, existen importantes retrasos en la disponibilidad de los dispositivos SMT2, ante lo que la IRU solicita a la Comisión Europea que recomiende a los Estados miembros proporcionar un período de gracia hasta finales de 2023 para evitar el bloqueo de decenas de miles de camiones y autocares nuevos.
Esto se debe a que las demoras en la entrega de los nuevos tacógrafos pueden bloquear la matriculación de entre 20.000 y 40.000 vehículos hasta finales de 2023.
De esta forma, durante el período de gracia, los vehículos nuevos equipados con la versión anterior del tacógrafo, SMT1, deben aceptarse provisionalmente para su matriculación en paralelo con los vehículos equipados con SMT2, siempre que estén equipados con dispositivos SMT2 al final del período de gracia.
De acuerdo con el comunicado de la IRU, si se bloquea la entrega de nuevos vehículos de última generación con dispositivos SMT1, se impedirá el funcionamiento de vehículos más respetuosos con el medio ambiente, lo que pondrá en peligro los objetivos de reducción de CO2 de Europa.
“Nuestro sector está pidiendo el liderazgo de la Comisión Europea para evitar perturbaciones en las redes de movilidad y las cadenas de suministro de la UE, así como para evitar multas injustificadas a los operadores de transporte”, concluye Raluca Marian.