La ruta del Mar del Norte reduce fuertemente el tiempo de tránsito entre los puertos bálticos de Rusia y las refinerías del norte de China.
El uso de dicha ruta puede reducir el tiempo de viaje hasta en dos semanas, o alrededor de un 30 %, en comparación con un viaje por Europa y a través del Canal de Suez y el Estrecho de Malaca.
Las sanciones impuestas al petróleo ruso por la Unión Europa y el G7 a partir del conflicto bélico con Ucrania, imponen un tope de 60 dólares al precio del barril de petróleo ruso, por lo que para su venta a precios superiores el país no puede acceder a gran parte de la flota de petroleros del mundo.
En este contexto, cada día ahorrado en entregas de petróleo a los únicos grandes mercadcos restantes de Moscú, como Chine e India, resulta de gran importancia.
Por eso, cada vez más crudo ruso cruza la cima del mundo y se estima que lo seguirá haciendo en los próximos meses, probablemente en pequeños convoyes con la ayuda de rompehielos. Pero el volumen puede estar limitado por la disponibilidad de buques de escolta.
Una ruta desafiante
Los petroleros encargados de este trayecto, todos propiedad de la rusa Sovcomflot PJSC, no son los buques más modernos que posee, sus edades oscilan entre los 13 y los 18 años pero, a raíz de las sanciones, todos han sido calificados para operar en condiciones heladas, generalmente con la ayuda de rompehielos.
Los rompehielos de propulsión nuclear más antiguos de Rusia se utilizan para transportar turistas al Polo Norte o para apoyar las terminales petroleras en el mar de Kara y en la península de Yamal. Actualmente, el país solo tiene tres buques modernos para escoltar a los petroleros a través del Ártico, los cuales todo parece indicar que van a tener mucha demanda.