9 de cada 10 líderes empresariales cibernéticos creen que será un hecho y alertan sobre los grandes riesgos para sectores clave de la economía mundial.
Como lo han demostrado otros hechos disruptivos, como el COVID-19 y la guerra en Ucrania, las cadenas de suministro globales son sumamente frágiles y complejas, por lo que los ataques cibernéticos y sus efectos en cascada representan una real amenaza para el comercio internacional.
Según el Informe sobre Riesgos Mundiales 2023 del Foro Económico Mundial, en el contexto geopolítico y económico inestable actual, la ciberdelincuencia figura entre los 10 principales riesgos para los próximos años.
El estudio reveló que el 27% de los líderes empresariales y el 14% de los ciber líderes perciben que las organizaciones de terceros son mucho menos resistentes a la ciberseguridad que sus propias organizaciones, por lo que existen muchos eslabones vulnerables en las largas cadenas globales.
De hecho, advierten sobre la posibilidad de que se registre un gran evento masivo durante los próximos dos años.
Como ocurrió cuando el ransomware NotPetya se extendió más allá de Ucrania, llegando a más de 60 países con más de 10.000 millones de dólares de daños en todo el mundo.
El impulso de la energías renovables, cuyas infraestructuras sostenibles son muy dependientes de la convergencia TI/OT, convierte a estas industrias en un objetivo potencial de los ciberataques. En abril de 2022, tres empresas alemanas de energía eólica fueron atacadas por el grupo de ciberdelincuentes ruso Conti.
Especialistas prevén que las energías renovables generen el 60% de la energía mundial en 2035, lo que hará que estos riesgos crezcan exponencialmente. La desinversión en combustibles fósiles exige mayores niveles de ciberseguridad: la transición ecológica debe ir de la mano de la ciberresiliencia.
Señalan que lograr la ciberresiliencia no se trata de un esfuerzo temporario ni aislado. Los datos sugieren que es necesario un enfoque armonizado que trascienda fronteras y empresas. La colaboración del sector privado puede fomentar la madurez cibernética en toda la industria, donde las mayores vulnerabilidades están centradas en las del petróleo y el gas, la electricidad y la fabricación.
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