El país apuesta por sumar valor y potenciar su producción de minerales críticos para la industria tecnológica como el cobalto, cobre, uranio, titanio, niobio y tierras raras.
“La minería continuará desempeñando un papel influyente en la economía boliviana, respaldada por la tecnología”, declaró el presidente del país sudamericano, Luis Arce, durante un acto público para conmemorar el 46º aniversario de la Federación Departamental de Cooperativas Mineras (Fedecomin) de La Paz (oeste).
Lo hizo al referirse a las nuevas perspectivas para Bolivia de explorar y explotar los minerales tecnológicos y las tierras raras que tienen una creciente demanda en el mercado global.
Señaló que, en este sentido, su Gobierno está inmerso en un proceso de implementación de la industrialización, con la construcción de una veintena de plantas para diversos fines, desde la producción de litio, hierro, la elaboración de alimentos y hasta el biodiesel.
Una industria estratégica
El Gobierno aprobó el año pasado el decreto 4.721, destinado a cambiar la estructura del Ministerio de Minería y Metalurgia, con el objetivo de implementar estrategias para desarrollar la cadena productiva de minerales tecnológicos y tierras raras y llevar a cabo su industrialización.
De acuerdo con el Ministerio de Minería de Bolivia, el Estado está llevando a cabo acciones para garantizar la sostenibilidad y la sustentabilidad de la minería en los yacimientos existentes, al mismo tiempo que explora y prospecta minerales de alto valor en otros sitios.
Esta estrategia, a decir del mandatario, tiene como objetivo asegurar que Bolivia no se quede atrás en la creciente tendencia mundial hacia estos recursos valiosos.
«Los minerales ya no pueden ser regalados como en el pasado. El país es rico no solo en metales tradicionales como el estaño, zinc, plomo y plata, sino que ahora posee tierras raras y minerales tecnológicos que deben ser valorados y sometidos a procesos de industrialización», afirmó el presidente boliviano.